martes, 21 de febrero de 2012

Vistazo al levante

¿Y por qué lo llamo vistazo? Porque tengo poco tiempo para pensar y escribir. Si escribo rápidamente las cosas que me vienen a la cabeza ante una ininterrumpida secuencia de noticias, emails, llamadas, tweets y peticiones sobre un mismo tema, corro el riesgo de que mi difícilmente conseguida tranquilidad se rompa en mil pedazos y me convierta en crítico, y seguramente luego en un mal juez, de la situación que se da ante nosotros.

Me refiero a lo que está pasando en Valencia esta semana. Periódicos, gente que me llama por teléfono, mails particulares, citas de políticos de todos los bandos... Muchas cosas me llegan, pero solamente me interesa decir ahora una única cosa: estoy triste. No ya por los heridos, la víctimas, los acosados, los juzgados, los oportunistas, sino simplemente que me encantaría que estas cosas no pasasen. Es altruista y utópico lo que deseo, es verdad.

Y no diré ahora más, porque no puedo. Pero créanme si les digo que estoy derramando una lágrima por la pena que me da el conjunto de toda esta situación.