Lo que hoy se me ocurre contar puede resultar extraño, pero hace un par de días tuve una sensación muy bonita que me gustaría compartir.
Hace mes y medio mi vecina y su marido vinieron a cenar a mi casa, no pude menos que ofrecerles al final de la misma una copita de alguno de mis preciados licores. Para sorpresa mia ella lo rechazó, pero todo eso se tornó en alegría cuando me contó que estaban esperando a su primer hijo. Llevan mucho tiempo juntos y me contaban que tenían miedo de que "se les pasase el arroz". Así que los hombres nos tomamos la copa por la salud de la criatura y para la futura mamá preparé un buen batido tropical. Que no se diga.
Ayer me encontré a la feliz pareja en el rellano y charlando un poco me contaron que venían del ginecólogo donde se habían realizado unas ecografrías. Deben de ser geniales hoy en día, pues el médico le explicaba qué era cada cosa de ese pequeñín ser en una imagen a color. Entre otras cosas, resaltaba un punto azul que parpadeaba rápidamente. Al preguntar qué era la respuesta fue magnífica: el corazón.
Mi vecina me contaba eso emocionada. Realmente ahora sentía que había alguien más ahí dentro. Un corazón que late como el suyo y que va creciendo unido a ella. Es una sensación que no se puede explicar, pero su rostro lo decía todo. Bien dicen que vale más una imagen que mil palabras.
Más tarde, en mi casa, pensaba en que siento un poco de envídia de las mujeres. Sé que un embarazo trae muchas complicaciones y molestias de muchos tipos (que si diabetes, cambios hormonales, el peso creciente del bebé, etc) pero todo eso parece compensarse con esa sensación, esa Alegría de estar dando Vida, y que ésta responde.
Los hombres no podemos sentir lo que es eso, pero al menos me consuelo recordando la cara sonriente de mi vecina.
¡Salud!